​¿Cómo eran salvadas las personas del Antiguo Testamento? El apóstol Pablo se tuvo que enfrentar con aquellos que creían que los judíos eran salvos por nacimiento, cumpliendo la ley, y observando los sacrificios, o bien por alguna combinación de estos tres elementos.


De los comentarios que hemos hecho en el estudio precedente sobre la ley, debería resultar evidente que una persona podría ser salva en el período del Antiguo Testamento de la misma manera en que una persona puede ser salva hoy en día. Es decir, la persona que vivió antes del tiempo de Cristo habría sido salvada por la gracia mediante la fe en un Redentor que habría de venir, del mismo modo que en la actualidad una persona es salva por la gracia mediante la fe en el Redentor que ya vino. Los hombres y las mujeres del Antiguo Testamento miraban hacia el futuro, hacia Cristo. Nosotros miramos hacia el pasado. Fuera de esta diferencia, la base de la salvación es idéntica. Los sacrificios del Antiguo Testamento apuntaban hacia el futuro, hacia Jesús.

Sin embargo, si se le preguntara a un cristiano común (ni qué decir de una persona que no sea cristiana) de qué manera las grandes figuras del Antiguo Testamento eran salvadas, es posible que contestara equivocadamente. Por ejemplo, algunos creen que las grandes figuras del Antiguo Testamento se salvaban por ser judíos. Este punto de vista se basa en el entendimiento de que las promesas de Dios a Israel fueron dadas a Israel de forma colectiva; es decir, incluyendo a todos y cada uno de los descendientes de Abraham. Encuentran la base bíblica para esta afirmación en pasajes tales como Juan 4:22, donde Jesús le dice a la mujer de Samaria que «la salvación viene de los judíos». Además, este punto de vista era compartido por la mayoría de los judíos en los tiempos del apóstol Pablo, como está evidenciado por el tratamiento que él hace de este tema en Romanos 9. También es compartido por muchos judíos contemporáneos y por un número considerable de cristianos. ¿Pero todos los judíos son salvos? O para plantearlo de una manera más estricta, ¿todos los judíos habrían sido salvos antes de la venida de Cristo? Tanto el Antiguo como el Nuevo estamento contradicen esta idea.

Otro punto de vista erróneo, pero quizá más extendido, es que las figuras de Antiguo Testamento fueron salvas porque fueron fieles a la ley. Por supuesto este punto de vista no explica como Adán y Eva, o Abraham y Sara, o muchos otros que vivieron antes de que la ley fuera entregada, fueron salvos, pero sí se acomoda al deseo fundamental y tan humano de lograr la propia salvación. Los hombres y las mujeres fervientemente desean ser salvos haciendo algo por sí mismos. En realidad, la propia ley los está condenando.

Por último, algunos podrían decir que las figuras del Antiguo Testamento fueron salvas por cumplir con los sacramentos; es decir, por cumplir con los sacrificios y otros ritos especificados en el código levítico. Como la salvación consistía en el significado de los sacrificios, este punto de vista está más cercano a la verdad, si bien no es del todo completo: porque la salvación no provenía de los sacrificios, como tampoco proviene del bautismo ni de la Cena del Señor.

¿Cómo eran salvadas las figuras del Antiguo Testamento? El apóstol Pablo se tuvo que enfrentar con aquellas personas que creían que los judíos eran salvos por nacimiento, cumpliendo la ley, y observando los sacrificios, o por alguna combinación de estos tres elementos. Pablo les contestó enseñándoles que la salvación es siempre por gracia, no por obras de ninguna clase; y por lo tanto la salvación en última instancia se trata de la elección soberana de Dios.

En Romanos 4, Pablo dedica un capítulo entero para mostrar cómo Abraham, el padre de la nación judía, había sido salvado por la fe, sin la ley. Pero si bien esto está mostrando el camino de Dios para la salvación, no está respondiendo a la pregunta de por qué Israel en su conjunto no estaba respondiendo al ofrecimiento de Dios en Cristo. Israel había recibido las promesas de la venida del Cristo y tenía los sacrificios, que señalaban hacia él. Israel debería haber creído. Sin embargo, cuando los primeros predicadores del evangelio presentaron su mensaje, aparentemente Israel rechazaba al Salvador, mientras que los gentiles, por el contrario, estaban creyendo en el mensaje. ¿Por qué? ¿Acaso Dios estaba abandonando a su pueblo? ¿El camino para la salvación se había modificado? Pablo contesta estas interrogantes en el capítulo 9, primero negando que los judíos fueran salvos por nacimiento. En todo lugar señala que algunos no fueron salvos mientras que otros sí lo fueron. Hablando espiritualmente dice: «porque no todos los que descienden de Israel son israelitas, ni por ser descendientes de Abraham, son todos hijos (o sea, hijos espirituales)» (Ro. 9:6-7). En segundo lugar, muestra que sólo la elección soberana de Dios produjo la verdadera simiente de Abraham. «…no los que son hijos según la carne son los hijos de Dios, sino que los que son hijos según la promesa son contados como descendientes» (Ro. 9:8). Por lo tanto, los judíos se salvaban en el período del Antiguo Testamento y se salvan hoy  de la misma manera que los gentiles; es decir, por la gracia de Dios concentrada en la obra de Cristo en el Calvario.

Extracto del libro «Fundamentos de la fe cristiana» de James Montgomery Boice

Al continuar utilizando nuestro sitio web, usted acepta el uso de cookies. Más información

Uso de cookies

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra POLÍTICA DE COOKIES, pinche el enlace para mayor información. Además puede consultar nuestro AVISO LEGAL y nuestra página de POLÍTICA DE PRIVACIDAD.

Cerrar