Para los católicos, la palabra "iglesia" es casi sinónimo de la palabra "salvación" porque se les enseña que todos los que están fuera de la " Santa Madre Iglesia " están eternamente perdidos. Otros usan el término en un sentido denominacional y hablan de la " Iglesia Metodista " o la " Iglesia Presbiteriana". También se emplea para hablar de instituciones del Estado como la " Iglesia de Inglaterra " o la " Iglesia de Escocia ". Muchos que son del mismo pueblo de Dios, parece no interesarles lo que piensa Dios sobre el tema. Es triste notar que hombres devotos en el Evangelio, que proclaman la Palabra de Dios, nos comentan que no se molestan en cuanto a la doctrina de la Iglesia; que la salvación es el tema más importante; y el establecimiento de los cristianos en los fundamentos es todo lo necesario. Pero, ¿Qué constituye una Iglesia Novotestamentaria?

​Por Arthur W. Pink
Dic. 1927

Que haya multitudes de supuestos Cristianos que desdeñan la importancia de esta cuestión es manifiesto. Sus acciones lo demuestran. No se molestan en contestar a la pregunta. Algunos están contentos en quedarse fuera de cualquiera Iglesia terrenal. Otros se unen a alguna iglesia por consideraciones sentimentales, porque sus padres o su pareja pertenecen a ella. Otros se unen a una iglesia por motivos de conveniencia, por razones políticas o de negocios.

Si el lector es un Anglicano, debe serlo porque está convencido de que su iglesia es la más bíblica. Si es presbiteriano, debe serlo por la convicción de que su iglesia está más de acuerdo con la Palabra de Dios. Y así también si es Bautista o Metodista etc.

Hay muchos otros que no guardan ninguna esperanza de poder contestar satisfactoriamente la pregunta ¿qué constituye una Iglesia novotestamentaria? La confusión que causan en el Cristianismo, las numerosas sectas y denominaciones, que difieren ampliamente en doctrina y en la constitución de la iglesia y en su idea sobre el gobierno, ha desanimado a muchos. No disponen del tiempo necesario para examinar las declaraciones de las muchas denominaciones. Muchos cristianos son personas muy ocupadas, que trabajan mucho para ganarse la vida, y no tienen el tiempo necesario para investigar adecuadamente los méritos escriturales de los diferentes sistemas eclesiásticos. Consecuentemente dejan a un lado la cuestión, porque la ven demasiado difícil y compleja para poder llegar a una conclusión satisfactoria y concluyente. Pero no, la solución no debe ser así. En vez de que estas diferencias de opinión nos dejen perplejos, deben estimularnos a llegar a comprender la mente de Dios en cuanto al asunto. Se nos dice que debemos «comprar la verdad», lo que implica que el esfuerzo y el sacrificio personal son necesarios. Somos invitados a «comprobar todas las cosas».

Ahora, es obvio a todos que debe haber una manera más excelente que la de examinar los credos y los artículos de fe de todas las demás denominaciones. El único método satisfactorio para descubrir la respuesta divina a la pregunta es volvernos al Nuevo Testamento mismo y estudiar sus enseñanzas relacionadas con la «Iglesia»; no los puntos de vista de algún hombre piadoso; no aceptando el credo de la Iglesia a la cual pertenecen mis padres; sino comprobando todas las cosas por uno mismo. El pueblo de Dios no tiene ningún derecho de organizar una iglesia sobre fundamentos que no sean los que gobernaron las Iglesias en el tiempo del Nuevo Testamento. Una institución cuyas enseñanzas o gobierno sean contrarios al Nuevo Testamento sin duda no es una iglesia novotestamentaria.

Ahora, si Dios lo ha considerado de suficiente importancia colocar entre las páginas de inspiración, lo que es una iglesia novotestamentaria, entonces debe ser importante para cada hombre o mujer estudiar lo que está escrito, y someternos a su autoridad y conformarnos a su conducta. Así que apelo al Nuevo Testamento únicamente y buscar la respuesta a nuestra pregunta.

1. Una Iglesia Novotestamentaria es un cuerpo local de creyentes. Ha traído mucha confusión el utilizar adjetivos que no se encuentran en el Nuevo Testamento. Si fuera a preguntar a algunos Cristianos, ¿a qué iglesia perteneces? Contestarían: la gran iglesia invisible de Cristo —una iglesia que es tan intangible como invisible. ¿Cuántos repiten el Credo de los Apóstoles, «Creo en la santa iglesia católica?, que ciertamente no era parte alguna en el credo que mantenían los apóstoles. Otros hablan de la «iglesia militante» y de la «iglesia triunfante», pero ninguno de estos términos se encuentra en las Escrituras, y el emplearlos solo crea dificultad y confusión. Al momento que dejamos de retener «la forma de las sanas palabras» (2 Tim.1:13) y usamos términos no escriturales, solo nos confundimos más. No podemos mejorar la Santa Escritura. No hay necesidad de inventar más términos, hacerlo es criticar el vocabulario del Espíritu Santo. Cuando algunos hablan de la iglesia universal de Cristo, emplean un término antiescritural. Lo que quieren decir es «la familia de Dios». Esta última expresión incluye toda la compañía de los elegidos, pero la palabra «Iglesia» no tiene el mismo sentido.

El tipo de Iglesia que es enfatizado en el N. T., no es ni invisible ni universal, sino visible y local. La palabra para «iglesia» es ekklesia y los que conocen la lengua griega están de acuerdo en que significa una asamblea. Una asamblea es una compañía de gente que se reúnen actualmente. Si nunca se reúnen, entonces eso sería un mal uso del lenguaje decir que son una asamblea. Por eso, todo el pueblo de Dios nunca ha estado en asamblea, juntos, no hay una Iglesia universal o asamblea. Esa iglesia es todavía futura porque todavía no tiene una existencia corporal.

Para probar lo que se dice arriba, vamos a examinar los pasajes donde el término fue usado por nuestro Señor mismo durante los días de su carne. Solo dos veces en los cuatro Evangelios encontramos a Cristo hablando de su «Iglesia». La Primera está en Mat.16:18, donde dice Jesús a Pedro «Sobre esta roca construiré mi Iglesia, y las puertas del Infierno no prevalecerán contra ella». ¿A qué tipo de Iglesia se refería el Salvador? La gran mayoría de los Cristianos piensan que fue la gran Iglesia invisible, mística y universal, que incluye a todos los redimidos. Pero ciertamente están equivocados. Si este hubiera sido el sentido de la palabra, necesariamente hubiera dicho «Sobre esta piedra estoy construyendo mi Iglesia». Pero dijo «construiré», tiempo futuro. Lo que demuestra que cuando habló estas palabras, la Iglesia no tenía existencia, salvo en el propósito de Dios. La iglesia a la cual Cristo se refiere en Mateo 16:18 no podría ser universal, es decir, una iglesia que incluye todos los santos de Dios, porque el tiempo del verbo que emplea manifiestamente excluye a los santos del A.T. Además nuestro Señor no se refería a la Iglesia en gloria, porque esa Iglesia ya no estaría en peligro de las puertas del infierno. Su declaración que «las puertas del infierno no prevalecería contra ella» sin duda aclara que se refería a su Iglesia sobre la tierra, una Iglesia visible y universal.

El único otro ejemplo de nuestro Señor hablando de la Iglesia cuando estuvo en la tierra, se halla en Mat.18:17: «Si no los oyere a ellos, dilo a la iglesia; y si no oyere a la iglesia, tenle por gentil y publicano.» Ahora, el único tipo de Iglesia a la cual un hermano puede hablar de sus problemas es una Iglesia visible y local. Esto es tan obvio y no hay necesidad de hablar más de este punto.

En el último libro del N.T., encontramos a nuestro Señor usando el término otra vez. Primero en 1:11 dice a Juan «Escribe en un libro lo que ves, y envíalo a las siete iglesias que están en Asia». Otra vez, es claro que el Señor habla de iglesias locales. Después de esto, el Señor usa la palabra 19 veces en el Apocalipsis y en cada pasaje la referencia fue a Iglesias locales. Siete veces repite «El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias», no dice «oiga lo que el Espíritu dice a la Iglesia» —lo que hubiera dicho si la opinión popular hubiera sido la correcta.

La última referencia en el Apocalipsis está en Apoc.22:16: «Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias. Yo soy la raíz y el linaje de David, la estrella resplandeciente de la mañana.» La razón de esto es que la Iglesia de Cristo todavía no tiene ninguna existencia tangible e incorporada, sea en gloria o sobre la tierra; todo lo que tiene ahora son sus Iglesias locales.

Una prueba adicional de que el tipo de Iglesia que es enfatizado en el N. T., es local y visible, está en otros datos de la Escritura. Leemos de «la iglesia que estaba en Jerusalén» (8:1), «la iglesia que estaba en Antioquia»; «la iglesia de Dios que está en Corinto» —tomen nota de que aunque esta Iglesia tenga vínculos con las demás Iglesias, se distingue de «todos los que en cualquier lugar invocan el nombre de nuestro Señor Jesucristo». Otra vez leemos de Iglesias, plural en número. «Entonces las iglesias tenían paz por toda Judea, Galilea y Samaria…» (Hch.9:31); «…Os saludan todas las iglesias de Cristo» (Rom.16:16); «…a las iglesias de Galacia» (Gál.1:2). Así que se puede ver la idea prominente y dominante en el N. T., fue de Iglesias locales y visibles.

2. Una Iglesia novotestamentaria en un cuerpo local de creyentes bautizados. Por «creyentes bautizados» quiero decir cristianos que han sido sumergidos en agua. En todo el N.T., no hay ni un solo caso de alguien que llegara a ser miembro de una iglesia de Jesucristo sin ser primero bautizado; hay muchos casos, muchas indicaciones y pruebas de que todos los que pertenecían a las iglesias en los días de los apóstoles eran cristianos bautizados.

Vamos a ver primero la última cláusula Hch.2:47: «Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos.» Notad que el versículo no dice que «Dios» o «el Espíritu Santo» o «Cristo» sino «el Señor» añadía. La razón es esta: «el Señor» conlleva la idea de autoridad y los que Él añadía a la iglesia se habían sometido a su señorío. Y la manera por la cual se habían sometido a Él está en los versículos 41-42: «Así que, los que recibieron su palabra fueron bautizados; y se añadieron aquel día como tres mil personas. 42Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones.» Así que durante los días más primitivos de esta dispensación, el Señor añadía a su iglesia gente que estaba bautizada.

Romanos 12:4-5 demuestra que los santos en Roma formaban una iglesia local. En  Romanos 6:4-5 encontramos al apóstol diciendo a los miembros de Roma  «Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva.5Porque si fuimos plantados juntamente con él en la semejanza de su muerte, así también lo seremos en la de su resurrección». Así que los miembros de la iglesia local en Roma eran creyentes bautizados.

Ahora considerad la iglesia en Corinto. En Hch.18:8 leemos «muchos de los corintios, oyendo, creían y eran bautizados.» Otra prueba de que los santos de Corinto fueron bautizados se halla en 1Cor.1:13-14; 10:2,6; 1Cor.12:13 traducido correctamente  afirma que la entrada a la asamblea local es por el bautismo por inmersión en agua.

Y antes de pasar a otro punto, permítanme decir que una iglesia compuesta de creyentes bautizados es obvia y necesariamente una iglesia bautista –¿qué más se le puede llamar? Este es el nombre que Dios dio al primer hombre que llamó y comisionó para bautizar. Lo nombró «Juan el Bautista». Y por eso los verdaderos bautistas no deben tener pena del nombre que llevan. Si alguien pregunta ¿por qué no habló el Espíritu Santo de la «iglesia bautista en Corinto»? o, ¿»de las iglesias bautistas en Galacia»? Contestamos, por esta razón: no había, en ese tiempo, necesidad de señalar distinciones utilizando este adjetivo. No había otros tipos de iglesias en los días de los apóstoles, más que iglesias bautistas. Todas eran Iglesias Bautistas; es decir, todas estaban compuestas de creyentes bautizados escrituralmente. Son los hombres quienes han inventado otras «iglesias» y nombres para las iglesias existentes en nuestros días.

3. Una iglesia novotestamentaria es un cuerpo local de creyentes bautizados que forman una organización. Una asamblea es una compañía de personas que se reúnen juntos en una organización, de otro modo no habría nada para distinguirles de una muchedumbre cualquiera. Prueba clara de esto se halla en Hch.19:39 «Y si demandáis alguna otra cosa, en legítima asamblea se puede decidir.» Estas palabras fueron pronunciadas por el escribano del pueblo a la multitud que quebrantaba la paz. Y habiendo «apaciguado a la multitud» y habiendo afirmado que los apóstoles no eran ni ladrones de iglesias o blasfemos de la diosa de la ciudad, les recordó a Demetrio y sus seguidores que «audiencias se conceden, y procónsules hay»; y les invita a acusarse unos a otros. La palabra griega para «asamblea» en este pasaje es ekklesia y la referencia fue a la corte judicial Romana, es decir una organización gobernada por leyes.

También las figuras usadas por el Espíritu Santo en relación con la «iglesia» son referidas únicamente a una organización local. En Rom.12 y en 1Cor.12  emplea el «cuerpo» humano como una analogía o ilustración. Este ejemplo no es propio para representar una iglesia «invisible» o «universal» cuyos miembros están esparcidos por toda la tierra. No es necesario recordar al lector que no hay una organización más perfecta en la tierra que el cuerpo humano, cada miembro en su lugar apropiado, cada uno cumpliendo su deber y función. En 1Tim.3:15 la iglesia es llamada «la casa de Dios». Esta «casa» habla de organización, cada habitante teniendo su propia habitación, los muebles en su lugar etc.

Otra prueba de que una «iglesia» novotestamentaria es una compañía local de creyentes bautizados, en una relación organizada, se halla en Hch.7:38, donde el Espíritu Santo aplica el término ekklesia a los hijos de Israel —«la congregación (iglesia) en el desierto». Ahora bien, los hijos de Israel en el desierto eran una asamblea organizada, redimida y bautizada. ¿Será que alguien se sorprenda que fueron bautizados? Pero la Palabra de Dios es muy explícita en este punto. «Porque no quiero, hermanos, que ignoréis que nuestros padres todos estuvieron bajo la nube, y todos pasaron el mar; 2y todos en Moisés fueron bautizados en la nube y en el mar» (1 Cor.10:1-2). También estaban organizados; tenían sus «príncipes» (Núm.7:2) y sus «sacerdotes», «ancianos» (Ex.24:1) y sus «oficiales» (Deut.1:15). Así pues podemos ver que fue correcto aplicar el término ekklesia a Israel en el desierto. Y podemos descubrir como su aplicación a Israel nos ayuda definir su sentido exacto. Vemos que una iglesia novotestamentaria tiene sus «oficiales», sus «ancianos» (que es lo mismo que «obispos»), «diáconos» (1Tim.3:1,12), «tesorero» (Jn.12:6; 2 Cor.8:19), y «escribano» —la enumeración de los miembros (Hch.1:15) claramente implica un registro.

4. Una iglesia novotestamentaria es un cuerpo local de creyentes bautizados en una organización pública y corporalmente adorando a Dios de acuerdo a lo que Él estableció. Sería necesario citar una buena parte del N.T., para amplificarnos sobre este tema. Mejor, qué el lector lea con cuidado el libro de los Hechos y las epístolas, con una mente abierta, y encontrará abundante confirmación del tema. Pero permítanme hacer un resumen de la actividad de la Iglesia: Primero, para mantener «la doctrina de los apóstoles» y el compañerismo (Hch.2:42). Segundo, para preservar y perpetuar el bautismo escritural y la cena del Señor: «las instrucciones tal como» Pablo se las entregó a la Iglesia (1 Cor.11:2). Tercero, para mantener la disciplina santa: Heb.13:17; 1 Tim.5:20-21, etc. Cuarto, para ir a todo el mundo y predicar el Evangelio a cada criatura (Mar.16:15).

5. Una iglesia novotestamentaria es independiente de todo, menos de Dios. Cada iglesia local es completamente independiente de todas las demás. Una iglesia en una ciudad no tiene autoridad sobre otra iglesia en otra ciudad. Ni tampoco puede un grupo de iglesias locales elegir un «comité», «presbiterio» o «papa» para enseñorearse sobre los miembros de aquellas iglesias. Cada iglesia tiene su propio gobierno, C.f. 1 Cor.16:3; 2 Cor.8:19. Por «gobierno» quiero decir que su obra es administrativa y no legislativa.

Una iglesia novotestamentaria debe hacer todas la cosas decentemente y en orden (1Cor.14:40), y su única guía para ordenar las cosas, es la Sagrada Escritura. Su único modelo, su corte de apelación, es la Biblia y nada más que la Biblia, por la cual todas las cuestiones de fe, doctrina, y la vida Cristiana quedan determinadas. Su única cabeza es Cristo: Él es su Legislador, su Fuente y su Señor.

La Iglesia local debe ser gobernada por lo que el Espíritu dice a las iglesias. Por eso lógicamente está separada del Estado y debe rehusar el sostén económico del Estado. Aunque sus miembros son instruidos a someterse «a las autoridades superiores» (Rom.13:1) no deben permitir que el Estado le dicte absolutamente nada en cuanto a los asuntos de fe o de práctica.
La administración del gobierno de una iglesia novotestamentaria reside en su propia membresía y no en un cuerpo especial de hombres, sea dentro o fuera de la iglesia. Una mayoría de sus miembros deciden las acciones de la iglesia. Esto se ve claramente en 2 Cor.2:6: «Le basta a tal persona (la persona disciplinada) esta reprensión hecha por muchos». Las últimas dos palabras «por muchos» es traducción de hupo ton pleionon. Pleionon es un adjetivo y literalmente significa por la mayoría y es traducido así por el Dr. Charles Hodge, uno de los mejores y competentes conocedores del griego.

En resumen: a menos que haya una compañía de personas regeneradas, escrituralmente bautizadas, organizadas según el N.T., adorando a Dios según sus instrucciones, teniendo compañerismo con la doctrina de los apóstoles, manteniendo las ordenanzas, preservando la disciplina estricta, activa en la evangelización, entonces no hay iglesia novotestamentaria, se llame lo que se llame. Pero si una iglesia posee estas características, es entonces la única institución en esta tierra ordenada, construida y aprobada por el Señor Jesucristo. Así que el Escritor considera su mayor privilegio, después de ser salvo, pertenecer a una de sus iglesias. ¡Qué la gracia divina me ayude andar dignamente como miembro de su Iglesia!

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