¿Qué doctrinas se relacionan con la resurrección? La primera es que Dios existe y que el Dios de la Biblia es el Dios verdadero. ¿Existe Dios? Si Dios existe, ¿qué clase de Dios es? Estas son las primeras y las más importantes preguntas que cualquier religión y cualquier maestro religioso debe contestar. Pero las respuestas que estos maestros religiosos han provisto para estas preguntas han sido bien diferentes. ¿Cómo podemos tener la seguridad que alguna de esas respuestas es la correcta? Sólo la resurrección de Jesucristo puede proporcionarnos esta certeza.
Cada efecto debe tener una causa adecuada… y la única causa adecuada que puede explicar la Resurrección de Cristo es Dios, el Dios de la Biblia. Mientras estuvo aquí en la tierra, como cualquiera que haya leído la historia de su vida sabe, nuestro Señor Jesús caminó por toda su tierra proclamando a Dios, al Dios de la Biblia, al Dios de Abraham, de Isaac, y de Jacob, como a Él le gustaba llamarlo, el Dios del Antiguo Testamento, y del Nuevo. Dijo que los hombres lo llevarían a la muerte por crucifixión, y dio muchos detalles sobre cómo su muerte tendría lugar. Dijo, además, que después de ser sepultado durante tres días y tres noches, Dios, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob, el Dios de la Biblia, el Dios del Antiguo Testamento y también el Dios del Nuevo Testamento, levantaría su cuerpo de entre los muertos. Esta era una gran pretensión. Aparentemente, era una pretensión imposible. Durante siglos, los hombres habían venido y se habían ido, los hombres habían vivido y se habían muerto y, de acuerdo con el conocimiento humano fundado sobre la observación y la experiencia, este era el fin de todos los hombres. Pero este hombre Jesús no duda en afirmar que su experiencia será totalmente contraria a la experiencia uniforme de muchos y largos siglos…
Ciertamente se trataba de una prueba de fuego de la existencia del Dios que predicaba, y su Dios pasó la prueba. Hizo exactamente lo que aparentemente era imposible hacer, y que el Señor Jesús había dicho que haría… El hecho de que Jesús fuera milagrosamente levantado de entre los muertos es la certeza que tenemos de que el Dios que hizo eso realmente existe y que el Dios que Jesús predicó es el verdadero Dios.
Segundo, la resurrección de Jesucristo deja establecida la doctrina sobre la deidad de nuestro Señor. Mientras vivió sobre esta tierra, Jesús dijo ser igual a Dios y que Dios lo levantaría de entre los muertos al tercer día después de su ejecución a manos de las autoridades judías y romanas. Si estaba equivocado, esta afirmación era el delirio de un demente o una blasfemia. Si estaba en lo cierto, la resurrección sería la manera que Dios tenía de refrendar esta afirmación. ¿La refrendó? ¿Resucitó Jesús de entre los muertos? Sí, lo hizo. La resurrección es el sello de Dios sobre las afirmaciones de Cristo y su divinidad.
Pablo, que sabía que Jesús había sido levantado de entre los muertos, escribe que Jesús «fue declarado Hijo de Dios con poder, según el Espíritu de santidad, por la resurrección de entre los muertos» (Ro. 1:4). Pablo está escribiendo aquí de una manera abreviada, dejando sin mencionar varios puntos que incluiría en su argumentación si la intención del versículo hubiera sido ser una completa afirmación lógica de la verdad. Podemos recordar de nuestra época de estudiantes en la enseñanza media que cuando estamos ante un problema de álgebra para resolver ecuaciones no siempre es necesario seguir todos los pasos, uno por uno.
Por ejemplo, dada la ecuación 2a – 10 = 10, es posible seguir los siguientes pasos: 2a – 10 = 10; 2a = 10 + 10; 2a = 20; a = 10. Pero sólo un principiante haría eso. Un estudiante ya familiarizado con los términos puede ver a simple vista que si 2a – 10 = 10, entonces a = 10. No es necesario seguir todos los pasos intermedios.
Esto es semejante a lo que Pablo hace en los versículos iniciales de Romanos. Dice que como Jesús fue levantado de entre los muertos, entonces Jesús es Dios. Pero si tuviera que seguir todos los pasos lógicos, su argumento sería como sigue.
1. Jesús dijo ser el Hijo de Dios en un sentido especial. Dijo que Dios era su Padre (Jn. 5:18). Dijo que había venido a este mundo enviado por el Padre y que cuando dejara este mundo volvería al Padre (Jn. 16:28). Dijo que quien lo, había visto a Él había visto al Padre (Jn. 14:9). Todas estas afirmaciones son afirmacinoes de su divinidad, y por esto fue que los líderes religiosos lo mataron.
2. Estas afirmaciones pueden ser ciertas o falsas. Jesús no puede ser parcialmente Dios y parcialmente no serlo. O bien es quien dijo ser, o es un mentiroso.
3. Si estas afirmaciones son falsas, son engañosas y son una blasfemia.
4. Si son blasfemias, no es posible concebir que Dios honre a quien las dijo.
5. Pero Dios honró a Jesús cuando lo levantó de entre los muertos. Dios reivindicó sus pretensiones.
6. Por lo tanto, Jesús es el único Hijo de Dios.
Este análisis no es meramente una lectura de Romanos 1:4 para encontrar allí lo que queremos encontrar. La Biblia utiliza esta prueba en otros lugares, y Pablo simplemente está haciendo eco de esta enseñanza. Jesús utilizó esta prueba cuando apeló a la «señal del profeta Jonás». Había demostrado una autoridad singular en sus enseñanzas y milagros, pero muchos que le habían escuchado no creían. Los gobernantes pidieron una señal. Jesús les respondió que la única señal dada sería la del profeta Jonás, porque «como estuvo Jonás en el vientre del gran pez tres días y tres noches, así estará el Hijo del Hombre en el corazón de la tierra tres días y tres noches» (Mt. 12:40). Después de esto habría una resurrección, y la autoridad única de Cristo sería reivindicada. De manera similar, en Pentecostés y en otros sermones registrados en el libro de los Hechos, los discípulos usaron la resurrección como prueba de la divinidad de Cristo.
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Extracto del libro «Fundamentos de la fe cristiana» de James Montgomery Boice