En ARTÍCULOS

Debemos aclarar dos puntos respecto a la doctrina de nuestra unión con Cristo:

  1. Las personas ignorantes o inestables, a menudo tergiversan el significado de la verdad bíblica. Pedro escribe acerca de las palabras de Pablo diciendo: “Casi en todas sus epístolas, hablando en ellas de estas cosas; entre las cuales hay algunas difíciles de entender, las cuales indoctos e inconstantes tuercen como también las otras Escrituras, para su propia perdición” (2 Ped. 3:16). Cuanto más importante sea una verdad bíblica, es más atacada por el diablo. Hemos visto que la verdad de la unión con Cristo es una parte muy importante de la doctrina de la salvación. Por lo tanto, no debemos sorprendemos si el diablo quiere que creamos algo en cuanto a ella que Dios no quiere enseñar.
  2. Cuando hablamos acerca de la naturaleza de la unión con Cristo, estamos pensando en la experiencia personal del creyente en su vida. No pensamos en esta unión con el sentido que tiene en Efesios 1:4 y 2 Timoteo 1:9, pasajes en los que Pablo dice que Dios nos escogió en Cristo desde la eternidad. Estamos pensando aquí en la unión que resulta cuando Dios da vida espiritual a la persona que cree en el Salvador.

Con esto en mente, vamos a ver lo que la naturaleza de la unión con Cristo no es. Aquí entramos en la parte negativa de esta doctrina:

  1. No es una unión panteísta. La palabra «panteísta» viene del idioma griego, y quiere decir: Que todo es Dios y Dios es todo y que no hay diferencia entre las dos cosas. Tenemos que hacer énfasis en que cuando el creyente está unido a Cristo, los dos no están mezclados. Ni Cristo ni su pueblo pierden su identidad. Cristo en ningún momento deja de ser Dios y hombre en una sola persona. Los creyentes no dejan de ser seres humanos con cuerpo y alma, a quienes Dios ha dado vida espiritual y a quienes Él ha unido a Cristo. Es de un todo cierto decir: «Nosotros estamos en Él, Él está en nosotros»; pero el Creador del mundo y las personas que Él ha creado son diferentes y distintos. Dos pasajes de la Biblia enseñan esto muy claramente; ambos a la vez enseñan esta unión con Cristo:
    a. Juan 15:3-5. Jesús dijo: «Yo soy la vid, vosotros los pámpanos». La vid no es el pámpano, como tampoco el pámpano es la vid. Jesús también dijo: «Permaneced en mí y yo en vosotros». Yo sigo siendo yo; vosotros seguís siendo vosotros. El creyente, representado por los pámpanos (las ramas) está íntimamente unido a Cristo, representado por la vid. Pero cada cual retiene su propia identidad.

b. Colosenses 3:1-3. Pablo había escrito en Colosenses 2:20 que nosotros morimos con Cristo. Pues, dice: «Si, pues, habéis resucitado con Cristo…» (en esta frase, tenemos la unión con Cristo.) Sigue diciendo:

i. Siendo que habéis resucitado con Cristo, «…Buscad las cosas de arriba». Ellos tenían que buscarlas.
ii. Siendo que habéis resucitado con Cristo, «… Poned la mira en las cosas de arriba». Ellos teman que prestar atención a estas cosas, no era Cristo quien lo hacía por ellos.
iii. «Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios». Seguía siendo la vida de ellos; la vida de ellos no fue absorbida por la de Dios. Ellos aún eran ellos, y Cristo aún era Cristo.

  1. Además, la unión con Cristo no es una unión» quietista». El quietismo enseña que el creyente ha alcanzado el más alto grado de la experiencia cristiana cuando está quieto ante Dios. Esto quiere decir que el creyente es completamente pasivo ante Dios y Dios puede desear, sentir, y pensar por medio de él. De acuerdo con esta enseñanza, es pecado para el creyente actuar según sus propios deseos y pensamientos. Algunos aspectos de esta enseñanza se pueden encontrar en escritos de los místicos franceses como Madame Guyon y Fedelon. Algunas personas que enseñan que hay una vida cristiana más profunda, más alta, enseñan quietismo. Ellas argumentan: «Romanos capítulo 6 dice que nosotros fuimos crucificados con Cristo, sepultados con Él, y resucitados con Él (vers. 4-8). Así pues, debemos tenernos por muertos (vers. 11). Si hacemos esto, Cristo va a vivir su vida por medio de nosotros». Luego citan Romanos 5:10: «Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida». Ellos dicen que este texto significa que si los cristianos están tan entregados a Cristo de manera que Cristo vive su vida a través de ellos, ya no tendrán que luchar para vivir una vida cristiana victoriosa. Esta enseñanza no funciona. Los creyentes son incapaces de ponerla en práctica. Los que la enseñan toman la doctrina bíblica de la unión ‘con Cristo, pero no la interpretan bíblicamente. Dañan la enseñanza bíblica por’ medio del quietismo.
    La Biblia enseña que el creyente debe trabajar activamente para vivir una vid. santa. Los mismos pasajes bíblicos que nos enseñan así, enseñan también la unión con Cristo. Piensa nuevamente en lo que dice Pablo en Col. 3:1 … fuimos ‘resucitados juntamente con Cristo. ¿Será entonces que no hacemos nada para cultivar nuestra vida espiritual? No es bíblico decir que debemos estar quietos. ¡Nos toca actuar! Con Cristo, fuimos resucitados de la muerte, por eso busca las cosas del cielo, donde Él está sentado a la derecha de Dios. Concéntrate en las cosas celestiales y no en las terrenales porque has muerto a tu vieja manera de vivir, y ahora la nueva vida que disfrutas con Cristo, está guardada en Dios. Por eso, cuando Cristo vuelva, compartirás su gloria. Así que saca de tu vida todo lo malo: pecados sexuales, inmoralidades, malos pensamientos, malos deseos y codicia, que es una forma de adorar ídolos. Todo esto hace que Dios se enoje con los que son desobedientes. Eso era lo que hacías antes, cuando llevabas una vida mala. Pero ahora, quita de tu vida todo esto: la ira, el enojo, la maldad, los insultos y las malas palabras. (Col 3:1-8 PDT)

Las personas unidas a Cristo deben hacer un esfuerzo consciente para vivir vidas santas. Pablo escribió a la iglesia de Filipo diciendo: «Ocupaos en vuestra salvación con temor y temblar.» (Filipenses 2:12). Sí, el versículo 13 añade: «Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer». Así que, la unión con Cristo no es una unión» quietista». Esta falsa enseñanza atrae a muchos creyentes porque nos gusta pensar que no tenemos que pelear en contra del pecado. Pero si seguimos esta enseñanza, seremos engañados, porque el pecado permanece en nosotros todavía. Es falso que si «descansamos», no estará presente el pecado en nuestras vidas.

  1. No es solamente una unión externa. Como un péndulo que va de un extremo a otro, algunos han entendido los peligros del panteísmo y del quietismo, pero han ido al extremo opuesto. Ellos dicen que las frases «en Cristo», «Cristo en nosotros», «Cristo vive en nosotros» son simplemente frases bonitas y que los creyentes solamente tienen una relación externa con Cristo, es decir una relación emocional. Dicen que es una relación externa igual como los discípulos con su maestro, o los súbditos con su rey. Otros que enseñan una relación solamente externa son aquellas personas que no creen que Cristo es Dios. Dicen que Cristo era solamente un hombre, y por eso no era posible dar su vida a otros hombres. Por consiguiente, la unión de Cristo con los creyentes no puede ser diferente de la común unión entre una persona y otra. Por el contrario, la Biblia enseña que hay una verdadera unión espiritual, una unión de vida entre Cristo y su pueblo. «Si alguno está en Cristo, nueva criatura es.» (2 Corintios 5:17) La unión es el resultado de la nueva creación. «Somos hechura suya creados en Cristo Jesús para buenas obras.» (Efesios 2:10) «Cristo en vosotros, esperanza de gloria.» (Colosenses 1:27) «Cuando Cristo vuestra vida se manifieste entonces también vosotros seréis manifestados con Él en gloria.» (Colosenses 3:4) ¡Es verdad; Cristo es nuestra vida! Nunca debemos pensar en esta unión como algo externo solamente. Desafortunadamente, muchos evangélicos modernos no le dan la importancia que merece a la gloriosa unión con Cristo. Esto es porque dan demasiada importancia a los actos externos como programas, reuniones, estadísticas, y actividades. Quizás muchas
    de las personas que «pasan adelante» después de una invitación evangelística no están en Cristo.
  2. No es una unión material. Los católico-romanos enseñan que la gracia de Dios llega a los creyentes dados por Cristo a través de la iglesia por medio de los sacramentos. Ellos dicen que cuando son bautizados, se borra el pecado original; también que el pan y el vino se convierten en el cuerpo y la sangre de Cristo. Por tanto, cuando comen el pan y beben el vino, según ellos, están comiendo el cuerpo y bebiendo la sangre de Cristo. Entonces, están unidos a Cristo. Pero Jesús dijo: “Las palabras que yo os he hablado, son espíritu y son vida”. Juan 6:63). La unión con Cristo no es una unión física, sino una espiritual.

Extracto tomado del libro: Unión con Cristo, de Albert N. Martin

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