​1Jn 2:1-2    Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo.  Y Él es la propiciación por nuestros pecados; y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo.
Este texto es citado frecuentemente por los que dicen que Cristo murió por todos y cada uno de los hombres. Afirman que la frase “todo el mundo” debe significar “todas las gentes en el mundo”; y que la otra frase “no solamente por los nuestros”, incluye intencionalmente a todos y cada uno de los hombres, además de los creyentes.   Pero... ¿Esto es realmente lo que dice el texto?

Yo podría contestar brevemente diciendo que en otros textos “el mundo” significa “personas que viven en el mundo” y por lo tanto, esto no significa más que “personas esparcidas en el mundo” (tal como lo indica Apoc. 5:9). Pero puesto que este versículo es usado tanto por los opositores, voy a dar un estudio más detallado usando cuatro preguntas: No ayuda a la causa de la redención universal sugerir que “todo aquél” signifique cualquiera en sentido indefinido. La forma de las palabras griegas es literalmente “cada creyente”.

1. ¿A quién escribió el apóstol Juan? Aunque es cierto que las Escrituras son para toda la iglesia, no obstante muchas partes de ella fueron escritas para un pueblo especial. Tales Escrituras deben ser entendidas a la luz de este hecho. Entonces notemos lo siguiente:

a. Juan fue en especial un apóstol a los judíos. (Gál.2:9)

b. Juan escribe a los que habían escuchado previamente la Palabra de Dios (1Jn.2:7). Sabemos que la Palabra de Dios fue enviada a los judíos primeramente.

c. El contraste que Juan hace entre “nosotros” y “el mundo” deja claro que él escribió a aquellos que fueron igual como él, judíos.

d. Juan advierte frecuentemente contra los maestros falsos. Por ejemplo, en 1Jn.2:19 escribe acerca de los que “salieron de nosotros” y es evidente que escribe a sus hermanos judíos. Recuerden cómo los judíos odiaban a los gentiles y cómo sostenían la opinión de que solamente su nación era el pueblo de Dios. ¿Qué podría ser más natural que el énfasis que Juan hace sobre la muerte de Cristo no sólo por los creyentes judíos, sino también por los creyentes de todo el mundo? Tenemos otra Escritura que expresa el mismo sentir en Jn.11:52. Está claro que Juan se preocupaba por evitar que los creyentes judíos cayeran en el error de suponer que solamente los judíos podían ser cristianos. Juan insiste en que también hay creyentes gentiles esparcidos por el mundo. La doctrina de que Cristo murió por todos los hombres, no está aquí.

2. ¿Por qué escribió Juan? Escribió para dar consuelo a los creyentes que estaban preocupados por sus pecados, diciéndoles que no debían desesperarse. “Si alguno hubiese pecado… “ (1Juan 2:1). De este texto notemos lo siguiente:

a. Solamente los creyentes pueden ser consolados con tener a Cristo como abogado.

b. Solamente los creyentes pueden ser consolados; los incrédulos están bajo la ira de Dios.

c. Juan describe a los creyentes como “hijitos… cuyos pecados han sido perdonados” (1Jn.2:12). En otras palabras, lo que Juan escribe tiene aplicación sólo a los creyentes. ¿Cómo puede ser un consuelo para los creyentes decirles que Cristo murió por todos y cada uno de los hombres, muchos de los cuales no serán salvos? Este versículo no da ningún consuelo a menos que se entienda su significado: que Cristo es el Salvador de los creyentes en todas partes del mundo.

3. ¿Cuál es el significado de la palabra “propiciación”? La palabra griega que es traducida aquí como “propiciación” está relacionada con la palabra traducida como “propiciatorio” en Hebreos 9:5. Este uso nos da un entendimiento del significado de la palabra. El “propiciatorio” fue como una superficie plana de oro que cubría el Arca, en la cual estaban las tablas de la ley. (Ex.25:17-22) La ley, la cual acusaba a los hombres de ser pecadores, se ocultaba debajo del “propiciatorio”. Esto fue una figura de la manera como Cristo por su muerte ocultó la ley de Dios, para que no pueda acusar a los que creen en Él. Jesús es “la propiciación” (propiciatorio) para los creyentes. ¿Se puede decir que en realidad Cristo ha librado a todos y cada uno de los hombres de ser condenados como pecadores? ¿Se puede discutir seriamente que Cristo es la propiciación para todo el mundo en este sentido?

4. ¿Cuál es el significado de la frase “todo el mundo”? Esta frase ocurre varias veces en el Nuevo Testamento y frecuentemente no significa todos y cada uno de los hombres. Por ejemplo:

a. Lucas 2:1 Pero solamente el Imperio Romano fue empadronado.

b. Rom.1:8 Pero en muchas partes del mundo no habían escuchado de la Iglesia de Roma en aquel entonces. Col.1:6 Pero en muchas partes del mundo aún no habían recibido el evangelio. Apoc.3:10 Todo el mundo sufrirá, pero eso no significa cada uno, porque algunos serán guardados de ello. En estos y en otros textos, “todo el mundo” no significa más que muchas personas en forma indefinida. También algunas otras Escrituras utilizan la frase “toda carne” la cual no significa más que, toda clase de personas, como por ejemplo: Sal.98:3; Joel 2:28; Hechos 2:17 Efectivamente, en algunos casos la palabra “todo el mundo” significa todos con la excepción de los creyentes, por ejemplo: 1 Juan 5:19; Apoc.12:9. De estos ejemplos está claro que no es necesario entender la frase “todo el mundo” en una forma universal. El significado no necesita ser más de lo que el contexto de la frase permite. Concluyo que este pasaje (1 Jn.2:1-2) se refiere a la obra de Cristo en favor de todos los creyentes, tanto judíos como gentiles. El texto realmente dice que El es la propiciación para ellos. Nadie argumenta en serio que todos los hombres en todo lugar sean realmente salvos por Cristo. Tampoco ayudaría sugerir que Cristo es una propiciación “suficiente” para todos y cada uno de los hombres. Jacob no habría sido consolado con el mero hecho de escuchar que había “suficiente” maíz en Egipto. Se habría muerto de hambre si dicho maíz no hubiera llegado a pertenecerle. Así pues Cristo es una consolación sólo para aquellos que son realmente salvos, de todas partes del mundo.

 Extracto del libro: la muerte de la muerte por la muerte de Cristo, de John Owen

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