En ARTÍCULOS

Debes disciplinar tu mente (1 Pedro 1:13) para pensar en este tema, y esto por tres razones:

  1. Si no estás en Cristo, entonces estás todavía en tus pecados. Y si estás en tus pecados, estás bajo la ira de Dios. Pero ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús (Romanos 8:1). Por esto, te ruego por tu propio bien que pienses profundamente en esta enseñanza de la unión con Cristo.
  2. Debes pensarlo para poder estar más firme como cristiano. Si estás en Cristo, empieza a crecer en tu entendimiento de esta unión con Él, y serás más estable como cristiano. Dos ejemplos:
    a.En 1 Corintios 6, Pablo dice que los creyentes no deben tener relaciones sexuales ilícitas porque son «miembros de Cristo». Uno que es miembro de Cristo no debe unirse con una prostituta. Muestra pues, que la doctrina de la unión con Cristo afecta nuestras vidas de una manera práctica.
    b.En Colosenses capítulo 2, Pablo dice que los creyentes no pueden decir que Cristo no es suficiente para ellos. De igual manera hoy, algunos cristianos dicen que necesitan experiencias adicionales del Espíritu Santo. Pablo contesta que los creyentes están completos por-que están en unión con Cristo. Demuestra que esta doctrina afecta nuestras creencias también.
  3. Debemos pensar en la unión con Cristo por razón de la Gloria de Dios.
    Las Escrituras dicen que la persona que ofrece alabanzas, glorifica a Dios. Si no entiendes los dones y la gracia que Cristo te da, ¿cómo puedes alabarle por ello?
    Esto es exactamente lo que le pasó al apóstol Pablo. Al pensar en todas las bendiciones espirituales que él tenía en Cristo, escribió las palabras maravillosas de Efesios 1:3-14. Para que conozcas esta parte de las Escrituras de tal manera que te lleve a alabar a Dios por tu salvación en Cristo, el Espíritu de Dios primero tiene que enseñarte a través de su Palabra a comprender esta gloriosa doctrina de la unión con Cristo. Nuestro Señor dijo (el día en que el Espíritu descendió): «En aquel día vosotros conoceréis que yo estoy en mi Padre, y vosotros en mí, y yo en vosotros». (Juan 14:20) El Espíritu ya vino; sigue viniendo. No esperamos otro Pentecostés, sino que creemos que Él nos ayuda ahora. En Efesios 1:17, Pablo le escribía a personas que ya tenían al Espíritu, y pedía que Dios les diera «espíritu de sabiduría y revelación en el conocimiento de El».

Extracto tomado del libro: Unión con Cristo, de Albert N. Martin

Al continuar utilizando nuestro sitio web, usted acepta el uso de cookies. Más información

Uso de cookies

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra POLÍTICA DE COOKIES, pinche el enlace para mayor información. Además puede consultar nuestro AVISO LEGAL y nuestra página de POLÍTICA DE PRIVACIDAD.

Cerrar