En SERIES DE PREDICACIONES
​El mundo puede alardear de sus principios liberales; puede durante un tiempo tolerar una Cristiandad mediocre; pero si el pueblo de Dios se muestra contundente en sus principios, el odio se manifestará pronto.  Esto lo hemos visto en otras épocas de la historia y cómo los muy religiosos del momento han acabado quemando a los verdaderos creyentes. ¿Por qué no sufrimos hoy persecución? Porque hay una mediocridad tan manifiesta que no hay ninguna diferencia respecto al mundo. 
Cuando las palabras "yo os he escogido del mundo" se vuelven una realidad práctica, entonces el aborrecimiento del mundo se desplegará con toda su fuerza.   Pero el cristiano de nuestra sociedad podría vivir en medio de países donde ser cristiano cuesta la vida, y pasaría desapercibido.  Se integraría en el paisaje.  ¿La razón?  Son del mundo.


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Estudios sobre el evangelio de Juan