En SERIES DE PREDICACIONES
​El maligno tiene dos propósitos fundamentales: quitarle a Dios su gloria y quitarle al pueblo de Dios la paz y el gozo, especialmente.
Por tanto, cuando nos arrebata nuestras bendiciones, y esto ocurre cuando dejamos de usar los medios de gracia,  es cuando más patente se hace el hecho de que le quita a Dios su gloria, porque en este mundo, la mayor gloria de Dios es su pueblo. 

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Estudios sobre el evangelio de Juan